Convenciendo a la arrecha suegra panameña de chupar verga en el carro, antes de pasar por la novia y llegar bien deslechado. Mientras van en el carro, la platica entre el chico y su suegra sube de tono y él se saca la verga para que ella la vea. La doña no se porta nada tímida y después de ver la pinga que se come su hija, se le antoja dar una probada. Estaciona el carro y sin más, se empina para saborear la picha del chico a media calle hasta dejarlo bien seco. Una vez que acaba, ella dice que es suficiente y arranca para entonces si pasar por la hija y dejarla en manos del infiel novio.
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