Una caliente morrita mexicana se va con el malandro de su vecino a la azotea del edificio y coge a pelo con el gañán dando riquísimos gemidos. La neta la morra está sabrosa y anda bien urgida de una buena cogida, tanto así, que acepta que el más rufián de la colonia le ponga unas cogidas. Como buenos putipobres, no hay de otra que buscar un lugar donde ponerle sin que los atrapen y escogen la azotea del edificio donde vive la morra. De volada la caliente chamaca se empina contra la pared para que el vago le meta la verga. Luego de u rato, cambian de posición y ella, con las manos en el piso y el culo levantado, sigue recibiendo los duros vergazos. Los gemidos de la chamaca son deliciosos y hasta se le olvida que su vecino se la está cogiendo en la azotea del edificio y con sus padres en el piso de abajo.
Inicia sesión o crea una cuenta.