Vecino maduro y pervertido, ofrece una lana a una linda e inocente morrita colegiala a cambio de cogérsela y ella acepta de volada. Como decía mi abuelita, lo putitas se les ve desde chiquillas y no se equivocaba. Pues la angelical jovencita mexicana, después de encontrarse a su vecino y aceptar $500 a cambio de una cogida, termina en el cuarto del ruco, dispuesta a coger con el wey, con todo y su uniforme puesto. Unos besos en la boca y unas frotadas de panocha, bastaron para que la morra se tumbe en la cama abierta de patas y bien cachonda, esperando que se la coja. Pero antes de que la ponga de a perrito para meterle la verga a la chamaca, el bato desquita la feria que pago, dándole unas ricas chupadas de panocha.
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